Las lampreas pueden verse tanto en aguas dulces como marinas. Este vertebrado sin mandíbulas, parecido a un pez, es un parásito que amenaza a los animales que lo rodean. Se introduce en su piel y succiona sus fluidos corporales. Su misión podría compararse a la de las garrapatas. que también se alimentan de la sangre de sus presas. También hay una rara especie de tiburón que vive en el mar. Vive a profundidades de hasta un kilómetro, y su aspecto sigue causando asombro a día de hoy. Aunque su aspecto es el mismo desde hace muchos millones de años. Se mueve a paso lento y tiende emboscadas a sus presas. El Paku es un pez omnívoro similar a las pirañas. que impresiona con sus dientes parecidos a los humanos.
Paku puede crecer hasta un metro de largo y pesar hasta 40 kilogramos. lo que obliga a estos peces a cazar constantemente. Incluso el gran Batynomus asombra al mundo con su aspecto. Un crustáceo que vive en el océano Atlántico hasta 1.000 metros bajo la superficie. En total oscuridad y porque alcanza medio metro de longitud, se le considera un gigante de las profundidades en comparación con otros peces de su misma especie. Es incoloro. El dugongo indio, conocido como vaca marina, es un mamífero acuático. Y asombra al mundo por su tamaño. Aunque parece un cetáceo, es más parecido a un elefante. Pesa una tonelada y mide hasta cuatro metros de largo. En sus mandíbulas, en lugar de dientes, tiene placas corroídas. con las que pasta hierbas marinas y algas.
En los desiertos de Australia puede verse el tritón espinoso. Un lagarto con espinas que sobresalen en todas direcciones. Y protuberancias en la piel. Su aspecto no se parece a ningún animal que haya vivido en el planeta. Se alimenta de hormigas, de las que debe consumir hasta 2.000 al día. Toma los fluidos que necesita de los surcos de su piel. El ciervo asiático, con aspecto de vampiro, se llama ciervo almizclero. A pesar de tener la boca cerrada, sus colmillos sobresalen, luchando no sólo por el territorio, sino también por la vida de la hembra. Es uno de los rumiantes más antiguos del planeta, con 20 millones de años de existencia. No sólo es un buen saltador, sino que puede trepar a los árboles. Parece una serpiente, un anfibio sin patas que vive en el Amazonas. Mide menos de un metro y, al carecer de pulmones, toma oxígeno a través de la superficie de su cuerpo. Estos anfibios encuentran refugio en la maleza de los bosques.